jueves, 24 de junio de 2010

Memorias de Moribia: Morir con las botas puestas II

Por Mike Bassoid

Apenas había podido escapar, no había salido preparado para una lucha tan complicada. Las heridas lo acompañaron siempre, ¿por qué no habría de llegar en esas condiciones?

Se sacudía la muñeca incrédulo, no demasiado seguro del tiempo que le llevaría recuperarse de la fractura... las últimas habían sido cuestión de días... y eso significaba días de caminar por el desierto de la locura sin uno de sus brazos para defenderse.

El sabor a la sangre derramada en las escamas del viento del desierto y la desesperación atraerían predadores, detenerse no era una opción.

Débil, cansado y sediento cayó desmayado ante la fría impresión de lejanía que le mostraba el horizonte burlándose de su irrespetuosa gesta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

memorias de Moribia:La bestia vio la luz
El alba primigenio envolvio la oscuridad de la densa noche...sotanos infectos dejaban sabores agrios en mi boca...la combinacion de adrenalina y ansiedad estaba derrumbando mis oidos, pero no iba a cejar...oi a la bestia pujar,la escopeta de dos caños descerrajo su cabeza manchando de sangre el piso enfrente de mi...la sangre bullo en el suelo, el mismisimo infierno la calentaba e hirviente se alzo...la bestia dio a luz, ya nunca nada sera lo mismo...que vas a hacer para salvarte??????